Juanita Pochet Cala (Del libro por
publicar, Criaturas entre los dedos)
Vacío
Juanita Pochet Cala (Del libro por
publicar, Criaturas entre los dedos)
Sensación de no estar…
Un ángel gris me ha visitado
Madre
Vuelo en un extraño espacio
Ya no podré escuchar tu voz en la distancia
alimentadome ternura
No sé qué hacer con este dolor agudo
Con este aguijonazo, con esta sensación a nada en la garganta
Cuando mis brazos buscaban el preciso momento del abrazo
Mi dulce muchachita, mi estrella perfecta
Ya no estás; y estás en mi sangre, en mi voz,
En la acción de nuevo amanecer…
Partiste esa tarde plácida del veinticinco de diciembre
Dicen que en el adiós final el sol reverendo multiplicaba tu luz
Y una suave brisa reinaba en la paz de tu rostro
Conmoción, amor a despliegue, como eres, como serás,
como nunca dejaste de ser
Conservarás la dulzura de la caña y la visión justa
Partiste para colmar con tu amor otra dimensión
Ah madre, madrecita, mi grande chiquitica
Qué difícil me resultan las palabras…

Madre
Juanita Pochet Cala
Sí, ave de luz
llovízname la vida, sonríeme, anímame
envuélveme manto de ternura
susúrrame desde donde estés,
Visítame en cada instante, cada noche…
Es verdad que lloro, que me ovillo
soy ave perdida en demasiado espacio
haz que mis ojos descansen
Sí, mi alondra de luz, abrázame, abrázanos,
consciente de tu perfume en el espacio
del beso en la frente, caricias tus manos,
tu rostro junto al nuestro
Cómo duele pasar a la costumbre del no estás
cómo cuesta madre, cómo duele la ausencia
Mi grande chiquitica
Sí, ave del tiempo
definitivamente esculpida estrella
Madre mía
Juanita Pochet Cala
Mi vida, qué dulce y hermosa palabra para evocarte. Los años son
caricias que marcan
(JPC)
Te duermo en mis
pestañas madrecita, para trasmutar a tu presencia vigorosa,
ánima de ánimos,
invencible fuerza, constructora de otro tiempo.
En cada amanecer bebo
de la copa de ternura al salir a las calles alborotosas
confundida en el
bullicio cotidiano, en ese intento por ser tú desde este yo
que no me pertenece,
porque me siento de todos para estar en todas las cosas.
Madre, mamá. Los años
son caricias que marcan
me lluevo de tu
sonrisa, pero lastima el tiempo…
me asustan las aves
cuando emigran en noches largas
las estrellas se
vuelven inalcanzables
Mi mariposa
dulcificada
Has sabido traspasar
los umbrales de la historia para ser historia- la de todos-
grabaste en el
horizonte de tu fecundidad una estrella
cinco puntas fundidas
en la alborada, espejo para Venus, anunciador de mañanas
Hoy destejo las
fibras de un viejo abrigo mientras te pienso
Para quedar detenida
en aquel otro tiempo en que nos protegíamos de tempestades
y quedo dormida en medio de la distancia
Mi vida, con tu
presencia querida que me abriga.
Desnudez
Juanita
Pochet Cala
Aquí están mis manos
río manso al descuido
mis palabras,
página en blanco, el
olvido
donde se acunó la
última llamada
Yo lo supe
Pude agotar los
caminos -es cierto-
Ser por sobre todas
las circunstancias es un hito
campanas que coronan
el ritual de los cuerpos
desnudez en esta
sangre mulata más ardiente y rebelde
cuando acude lo negro
a sublevarse
Dime madre, por qué
estas manos tendidas siempre al horizonte
Por qué este impulso
para hacer poesía
Estas manos mías tan
vacías
desnudas entre tantas
tempestades
Mío amor inmenso
Juanita Pochet Cala
Madre
Esta noche cuando
bajes de las estrellas
charlaremos de flores
y espinas
que han crecido en
mis costillas
A un costado de mis
sueños
dejo la ventana
abierta…
Para Doña Celeste
Ángel Kandel 23/12/2012
Vaya esta rosa encarnada
en su memoria, Doña Celeste,
no tuve el privilegio de conocerla
pero aquí hay quien de usted me cuente.
Y conociendo a ésta, su "Muestra"
y sabiendo de los que en la Isla están
y de quien quedó pero vive
ya la imagino a usted, Comay.
Sé de su darse al prójimo
y de curar sus heridas,
sé de ofrecer sus manos
ayudando a causa amiga.
Vaya esta rosa encarnada
en su memoria, Doña Celeste,
no tuve el privilegio de conocerla
pero hay aquí quien de usted me cuente.
Y reposa su fragancia encima de un libro abierto
que representa a su Juanela
que desborda dulzura
y en versos vive y en Poesía vuela.
SOMOS NACIDOS DEL AMOR
El dolor no nos sigue: camina adelante.
Antonio Porchia
Antonio Porchia
A mi padre, invicto Capitán y a mi hermano José Antonio, quienes se nos fueran a otra dimsensión en 1996 de forma intempestuosa. Poesías dedicadas en LA LUNA EN EL BOLSILLO.
PADRE
A mi invicto Capitán de tantos
sueños y luz.
Ayer, Padre
Volví en el papalote
creado con tus manos,
los primeros dibujos
hicieron piruetas.
Estás con los
recuerdos nadando en los labios,
hablas de locomotoras
con alas, navíos extraños,
tifones en la orilla,
pesca de tiburones,
-nunca te supimos
pescador- y terminas con ese afán
de estar en los
ajetreos de las bicicletas,
muestras tus piernas,
tus manos estrujadas;
y leemos en tus ojos
una carta de triunfo: Aún puedo.
Ayer, Padre
por vez primera en
tantos años
descubrí tu sonrisa
infantil y sentí miedo,
los entumecimientos,
olvidos ligeros, ira contrariada,
el capricho de no
acudir a la hora del almuerzo,
tu ronquido frente al
televisor, ese clavetear
a la hora de la
siesta y el qué dirán los vecinos,
tu aparición
madrugadora, conquistador de las primeras
luces.
Ayer, Padre
quedaron en mis
pestañas los paseos en guagua(*).
Tus viajes de
trabajo, mi llanto de niña mimada,
ese dominio de
atender la casa, tu Cruz Roja,
las fotos de bello
personaje junto a mi madre.
Mi invicto Capitán de
tantos años
anido aquí, en mi
alma, tus relatos de campañas y comparsas
Descubrimos tu faceta
de poeta oculto.
Estás viejo, con tus
retoños
los ochenta surcos
llenos de sueños
en divino pacto con
el tiempo.
Te me apagas, viejo
como leño sin
destellos,
quieres alcanzar
estrellas
y hablas de mares
coléricos,
serpientes marinas,
en esa ausencia
nublada sombra
sapience.
Cierto brillo leo en
tu mirada
y te vas a la
infancia...
Ah, viejo, compañero
mío
reparador de tiempo
malgastado,
hacedor de hazañas,
mágico artesano de
palabras.
Te me vas apagando
poco a poco
y me sublevo ante la
cruda realidad,
beso tus manos, tus
tiernas manos,
compañero mío, guía
perfecto
triunfador del
crepúsculo.
Te vas compañero mío
Mi silencio es
celestial y es universo
siento que te me vas
como el carruaje de
los Reyes Magos,
y me descubro infante
cuando a gritos
reclamaba tu presencia.
Quedan desnudas mis manos
si no acaricio tu
rostro,
me llueve a
torrencial el mundo
compañero mío, es
temprano aún,
raudas mariposas
vuelan los rincones de tu nave.
Te me apagas como
luciérnaga por la tempestad
como el día al paso
de la noche;
y siento miedo,
siento frío...
Tu esperanza
es mi batalla y mi
arsenal,
en esta solitaria
lucha
entre fantasmas
encarnizados
tú, eternidad de
ternura.
Padre
ya no estás para
sacudir
mi llanto inútil,
el aguacero de mis
palabras,
este frenesí por el
verso que arde
más, te siento,
sobrepasas alternativas.
Mis dedos son aún
hielo
por el contacto con
tu rostro;
pero tengo en la
mejilla fuego
por el beso azucarado
del último encuentro.
En mis pupilas, el
universo de las tuyas perdidas ahora,
en la travesía
inmortal que decidiste.
NUNCA MUERES
Tu esperanza
es mi batalla y mi
arsenal,
en esta solitaria
lucha
entre fantasmas
encarnizados
tú, eternidad de
ternura.
Padre
ya no estás para
sacudir
mi llanto inútil,
el aguacero de mis
palabras,
este frenesí por el
verso que arde
más, te siento, sobrepasas
alternativas.
Mis dedos son aún
hielo
por el contacto con
tu rostro;
pero tengo en la
mejilla fuego
por el beso azucarado
del último encuentro.
En mis pupilas, el
universo de las tuyas perdidas ahora,
en la travesía
inmortal que decidiste.
DESCONCIERTO
A mi hermano José Antonio, dulce, inteligente, todo amor.
Desconozco si quedó
abierta la ventana,
han entrado los
grises...
Saboreo la infancia
lejana,
pero los truenos
avizoran tempestad.
Un alarido se mezcla
en esta gruta
ahuyentando la
canción de otrora.
Ya no seremos los
mismos
deambula mi mente, me
duelo demasiado.
Todo se vuelve gris,
¿por qué este tiempo?
¿dónde la coraza para
resistir?
Luego de tantos soles
en la ventana
la iglesia gruñe,
repica y repicotea,
los clavos de Cristo
los llevo dentro
clavados.
¿Adónde vas, pájaro
ardiente?
Lucecilla envuelta en
sueños.
¿Quién te sometió a
dolores?
Las fuerzas en mí se
escapan
quiero beber tu
alegría,
niño de miel en los
ojos,
pajarillo de algodón.
Se me pierden los
colores,
nuestro cielo se
eclipsó.
PLEGARIA
Las sombras de mi
sombra
son siluetas y
espuma.
Se me pierden los
sueños,
se me oculta la luna.
Llevo un chasquido
amargo
y los labios secos,
la trunca palabra,
el alma nublada.
... Un sol se va
muriendo...
De tanto haber tenido
de goces la sonrisa, hoy
la vida es infierno,
quiero llegar antes
de la partida.
Hermano, hermano mío,
muchachito travieso,
¿quién se ensaña contigo,
quién te quiebra el
mañana?
Me duelen tus
dolores, tu vida aguijoneada,
tus proyectos
frustrados, ese inmenso horizonte
que se empaña en tus
ojos.
PLEGARIA
...y te llamé a la
calma
-no me vístete, pedí
silencio
Reclamé entender
-no-no me entendiste-
Ay, Vallejo, nunca
tan claro,
son fuertes, muy
fuertes los golpes de la vida.
Como si el arma
suicida vigilara los pasos
o de todos los Dioses
escapara la ira.
Remolinos agotan
ilusiones
los sueños pasan a
una historia
se cierra la página
de un libro
apenas comenzado.
Son fuertes, muy
fuertes
los golpes de la
vida,
como si de repente el
sol se nos muriera
y se empeñaran en
cambiarnos la suerte,
es esta lucha,
esta batalla por ser.
Un nunca de desnudo
en la garganta,
furia atropellada
arrogante condena del
Diablo...
Son caprichos, lo sé,
de la insolencia,
se me mueren
gorriones en las venas.
Ay, Vallejo, que no
te equivocaste;
son fuertes, muy
fuertes
los golpes de la
vida.
DENUNCIA
Me robaron el sentimiento:
lo han robado.
La sonrisa y el sueño:
la alegría.
Me han robado la vida:
la extirparon.
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